Los Fieles Difuntos de Mictlantecuhtli
México es un país multicultural y lleno de tradiciones, las cuales siguen perdurando a través de los años y hoy hablaré sobre una que fue heredada de nuestros antepasados, en especial de dos grupos, los Zapotecas y los Mixtecos.
El se encargaba de cuidar el mundo al cual llegaban las almas una vez que abandonaban su cuerpo terrenal, y es ahí donde reposarían eternamente, pero eran premiadas con ir a visitar a los seres queridos que habían dejado en la tierra, y los días en que podían ir a visitarlos eran 31 de octubre, el 1 y 2 de noviembre.
Es una pequeña ciudad que se encuentra a 38 km de la ciudad de Oaxaca, era la ciudad donde eran enterrados los restos de los grandes gobernantes y a donde llegaba el resto de las almas, ya que se decía que era ahí donde habitaba el gran Mictlantecuhtli y por lo tanto el lugar donde descansarían por la eternidad.
Es en este pueblo donde la creencia de recibir a nuestros fieles difuntos sigue más viva que nunca, ya que el 1 de noviembre es un día de fiesta en todo Mitla.
Foto de Arturo Garcia en Unsplash
Ellos creían que después de la vida terrenal, existía una vida eterna que se alcanzaba al morir y que era regida por un Dios llamado Mictlantecuhtli, el cual era considerado el Dios de la muerte y del inframundo.El se encargaba de cuidar el mundo al cual llegaban las almas una vez que abandonaban su cuerpo terrenal, y es ahí donde reposarían eternamente, pero eran premiadas con ir a visitar a los seres queridos que habían dejado en la tierra, y los días en que podían ir a visitarlos eran 31 de octubre, el 1 y 2 de noviembre.
Cada año estas almas partían del inframundo para llegar al mundo terrenal donde sus seres queridos ya los esperaban con ansias y con un gran recibimiento.
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San Pablo Villa de Mitla
Es una pequeña ciudad que se encuentra a 38 km de la ciudad de Oaxaca, era la ciudad donde eran enterrados los restos de los grandes gobernantes y a donde llegaba el resto de las almas, ya que se decía que era ahí donde habitaba el gran Mictlantecuhtli y por lo tanto el lugar donde descansarían por la eternidad.
Es en este pueblo donde la creencia de recibir a nuestros fieles difuntos sigue más viva que nunca, ya que el 1 de noviembre es un día de fiesta en todo Mitla.
Foto de Roman Lopez en Unsplash
Celebraciones
Las celebraciones empiezan a mediados de octubre, cuando llegan a vender los tradicionales petates elaborados a base de palma, en los cuales descansan las almas, y las canastas, que es donde llevarán las provisiones para el camino.
Una vez comprados estos artículos se comienza con la elaboración del tradicional chocolate, bebida mexicana por excelencia y de exquisito sabor, ya que este será necesario para recibir a los invitados de los difuntos.
4 días antes de que llegue la fecha del 31 de octubre, fecha en la cual llegan las almas de los bebés y los niños, el mercado de la población comienza a llenarse de vendedores, ofreciendo gran variedad de fritas, flores, fuegos artificiales, trastes, comida, y lo más importante, el famoso pan de muerto.
Todo esto para ser colocado en el altar y que los santos difuntos puedan disfrutar de un rico manjar.
Durante estos días, el centro es una verdadera fiesta, ya que la mayor parte de la población va a realizar sus compras en compañía de la familia, y es en las noches cuando se acostumbra a ir a traer el pan de muerto que ofrecen las múltiples panaderías de la población, pan muy popular en la ciudad de Mitla, tanto que varias poblaciones vecinas llegan exclusivamente a comprarlo.
Todo esto para ser colocado en el altar y que los santos difuntos puedan disfrutar de un rico manjar.
Durante estos días, el centro es una verdadera fiesta, ya que la mayor parte de la población va a realizar sus compras en compañía de la familia, y es en las noches cuando se acostumbra a ir a traer el pan de muerto que ofrecen las múltiples panaderías de la población, pan muy popular en la ciudad de Mitla, tanto que varias poblaciones vecinas llegan exclusivamente a comprarlo.
Al llegar el día 31 de octubre, en punto de las doce del día se tocan las campanas de la iglesia y se lanzan cuetes por todas partes. Esta es la señal de que las almas de los bebés y niños han llegado a visitarnos.
Durante el transcurso del día y la noche, las personas van a visitar a las almas llevándoles una ofrenda que consiste en frutas, comida y un pan, y la familia del alma visitada se los agradece ofreciéndoles un chocolate y comida.
Foto de Valeria Almaraz en Unsplash
En seguida, se les coloca en el altar para que pueda disfrutarlos. También se coloca un petate (tipo de alfombra tejida o estera que se utiliza en América Central y en México, elaborada a base de fibras de la planta llamada palma de petate), una silla para que pueda descansar y dos mudas de ropa, una para que se cambie y la otra para que se la lleve.Durante el transcurso del día y la noche, las personas van a visitar a las almas llevándoles una ofrenda que consiste en frutas, comida y un pan, y la familia del alma visitada se los agradece ofreciéndoles un chocolate y comida.
A las doce del día del siguiente día, 1° de noviembre, las almas pequeñas parten y llegan las almas de las personas grandes, recibidas de la misma manera que fueron recibidas las pequeñas.
Se realiza el mismo procedimiento, salvo que las almas grandes tienen más visitas, y se hace una fiesta en las diversas casas de la población. No se duerme durante toda la noche y todo el día las campanas repican.
El día 2 de noviembre parten a las doce del día, pero se van con fruta, comida, ropa y bebida, que colocan en un canasto porque se cree que las almas se llevan toda su dotación para ese año y se preparan con gran alegría para el año siguiente.
Se realiza el mismo procedimiento, salvo que las almas grandes tienen más visitas, y se hace una fiesta en las diversas casas de la población. No se duerme durante toda la noche y todo el día las campanas repican.
Esto es un poco de la tradición de Mitla, que ojalá puedan experimentar algún día. Es una gran experiencia y les puedo asegurar que después de que se van los fieles difuntos, todo lo que se puso en altar pierde su sabor.
Sobre el autor:
Lilian Dennis Antonio Blanco
Diplomado en Organización de Eventos
Oaxaca, México